domingo, 3 de junio de 2012

La ciencia del malabarismo


El primer estudio científico del que se tiene noticia salió a la luz en 1.903. En ese año, Edgar James Swift publicó un artículo en el American Journal of Psychology documentando la rapidez con que ciertos estudiantes aprendían a lanzar dos bolas con una mano.
Los primeros Ordenadores Electrónicos, allá por los cuarenta, se estaban utilizando para calcular las trayectorias de objetos lanzados; también por entonces se fundó la Asociación Internacional de Malabarismo.
Los dos decenios siguientes vieron unas cuantas aplicaciones dispersas, continuación, en su mayoría, del trabajo de Swift, que se valían del malabarismo como tarea con la cual comparar métodos generales de aprendizaje de destreza senso-motoras.
Por último, en los años setenta, el malabarismo comenzó a estudiarse por sus propios méritos, como prueban ciertos acontecimientos que se produjeron en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Claude E. Shannon desarrolla máquinas malabaristas y formuló su teorema del malabarismo, en el que establecía la relación entre la posición de las bolas y la acción de las manos.
Seymour A. Papert (el inventor del lenguaje de programación LOGO) y otros investigadores asignados al Proyecto MAC, (que más tarde se convirtió en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT) investigaron de que forma lograban las personas dominar el arte malabar, extrapolando los resultados y llegándose incluso a construir robots malabaristas; llegó incluso a fundarse el club del malabarismo del MIT, una de las organizaciones más antiguas dedicadas al malabarismo aficionado todavía existentes.

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